martes, 8 de noviembre de 2011

La agilidad del azor.

Las rapaces forestales se enfrentan a dos problemas en la caza de sus presas, por un lado, la propia persecución y captura, un hecho ya de por sí muy costoso y fallido en muchos lances. Y por otro lado, encaran las propias dificultades que les impone el medio forestal en el que están inmersas. Un bosque puede ser una maraña intrincada de ramas, hojas, acículas... por donde no es fácil abrirse paso. Pero una vez más, las aves rapaces son capaces de sorprendernos con las más bellas habilidades. No os perdáis este video ilustrativo de cómo un azor (Accipiter gentilis) es capaz de franquear obstáculos a una velocidad pasmosa al igual que hace en el bosque donde vuela a través de los árboles como un fantasma veloz, silencioso y mortal.



Para los que no entiendan inglés, en el video hay otra imagen curiosa que puede verse en el segundo y en el tercer obstáculo y es que los azores al pasar por una cavidad estrecha cierran la membrana nitictante que es un párpado translúcido (a modo de tercer párpado interno) para proteger sus ojos de un posible golpe o arañazo contra alguna rama. Y ya, a título personal, diré que las imagenes del último obstáculo son sencillamente espectaculares.

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